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Marta García

16/06/14

La hoja, indicador de frescura

Sobre todo el limón. Cada vez es más frecuente el uso de esta ácida fruta en las cocinas de Alemania, Francia, Holanda y Reino Unido, que reclaman un producto de calidad y respetuoso con el medio ambiente. Su continente, la corteza, ha llegado a ser igual de valiosa y codiciada que su contenido, ya que su uso se está incrementando en sectores como la repostería, debido a la moda de las cupcakes, y la coctelería, con el auge del gin tonic. Precisamente, es en la piel donde mayor cantidad de fertilizantes y pesticidas se concentran. Por ello, en Europa se están decantando por cítricos procedentes de la agricultura ecológica, que son más saludables al estar exentos de residuos tóxicos.

Esta situación está provocando que muchas comercializadoras españolas de cítricos estén apostando por la agricultura ecológica como estrategia para aumentar sus ventas y conquistar los mercados internacionales. A muchas de las empresas de la Región este ´boom´ por cultivar cítricos más naturales y limpios no les has pillado de sorpresa. Es más, algunas de ellas fueron pioneras en colocar la bandera verde en sus naranjos y limoneros.

Entre ellas, destaca Toñifruit, que desde hace ocho años exporta frutas y cítricos orgánicos. «El empezar antes que otros con la producción ´eco´ nos ha permitido disfrutar de una experiencia de cultivo difícil de alcanzar por los recién llegados, así como disponer de una cartera estable de clientes», comenta Juan Antonio Martínez Rubio, gerente de esta empresa con sede en Librilla.

Toñifruit cuenta en la actualidad con 90 hectáreas de cultivos, donde se aplican las más modernas técnicas de agricultura ecológica. Para fertilizar la tierra se utilizan abonos naturales procedentes del compost de restos vegetales y estiércol. Asimismo, se recurre al control biológico con insectos auxiliares y extractos naturales de plantas para el control de plagas y enfermedades. El pasado año, su producción alcanzó los cinco millones de kilos, repartidos entre limones, naranjas, pomelos y clementinas. El 95% de esta cantidad se vende en el extranjero, principalmente en Europa, aunque en los últimos meses están aumentando las partidas a otros destinos más alejados como Rusia, Estados Unidos, Canada y Oriente (Hong Kong y Singapur), aunque las cifras son aún discretas.

El salir el primero de la meta, y antes de que sonara el pistoletazo de salida, le ha valido a Toñifruit para seguir diferenciándose de su competencia a través de la I+D+i. Así lo asegura Martínez Rubio, quien enumera algunos de los proyectos que desean poner en marcha en un corto periodo de tiempo.

Una de sus iniciativas más novedosas de cara al consumidor es la venta de cítricos con hojas verdes. «La hoja es un perfecto indicador de la calidad, ya que su aspecto nos ofrece una valiosa información sobre la fruta que vamos a comer. Con ella podemos saber cuánto tiempo lleva expuesta o si ha sufrido alguna enfermedad o plaga. Por eso queremos envasar nuestros cítricos sin retirar las hojas para demostrar la frescura del producto», indica el directivo.

Por otra parte, la empresa pretende poner en marcha una campaña para aumentar el consumo de cítricos ´eco´ en el mercado nacional. «Nuestras frutas llegan a los supermercados un día después de su recolección con el fin de que ésta llegue al cliente final con todas sus propiedades nutricionales. Queremos que los consumidores vean la eficacia de nuestro trabajo. Así, podrán realizar un pedido por internet recibiendo la caja de limones en su domicilio antes de 24 horas», explica el directivo.

Por otra parte, Toñifruit cuenta con varias parcelas experimentales en las que está investigando sobre la introducción en el campo murciano de nuevas variedades de limón sin semillas, tempranas como el Interdonato o híbridas como la Meyer, que con un sabor agridulce resultan muy atractivas para el consumidor.

Asímismo, la empresa está estudiando la viabilidad de ofrecer parcelas de agricultura ecológica a personas en situación de desempleo, que obtendrían una rentabilidad por cada kilo producido.